jueves, 1 de julio de 2021

Hoy, desde el Wyndham

 


Aunque no lo parezca y Nueva York pueda resultar una ciudad muy atractiva para los extranjeros, lo cierto es que no lo es. No son días en los que reine mi paz en lo que siento una pequeña escalada en el montón sin estar presente en la batalla. El silencio y yo nunca disfrutamos el uno del otro y hoy me atormenta dentro del pecho, donde crecen mis miedos y resolví mis inseguridades. Es quien se encarga de alimentar mis peores pesadillas y quien hace que me sienta dentro de un lugar al que no pertenezco, sin rumbo y con capitán que no puede elegir la hoja de ruta ni las millas a recorrer. 

El laberinto no se resuelve y vuelve a llover en este mar de nordeste. 

Nunca me abandone pero me pierdo en mi búsqueda y mi cerebro que siempre tiene una idea nueva no sabe donde perderse esta vez para buscar un incentivo.

Nunca es tarde si vas con buenas intenciones y yo, que nunca fui de las malas no me encuentro en el Wyndham. 

Si lo encuentras, llámame.