Pero con ello no te quito importancia.
Cerramos la temporada de verano un año más en la gran manzana. Mi última temporada aqui.
Joder, cómo voy a echar de menos a Joel cada día en la parada del autobús y sus libros de títeres y de cómo hacer serpientes de papel con una tijera y rotuladores.
Tan siquiera recuerdo que me trajo aquí ni sé exactamente que es lo que me lleva ahora pero ya no disfruto de las mismas cosas que al principio. Me he agarrado demasiadas veces a esa puta barra del bar a tomar tequila mientras miraba cómo brillaban las copas expuestas en la estantería del bar del Wyndham. Por eso me conocen los camareros tan bien, aunque nunca consiguieron verme en un estado más patético que mi sobriedad.
Y esque ahora las cosas empezaban a ir bien: había aparecido un pequeño refugio de salvación en la costa californiana. Sí, allí; pero qué, quien te dice que no te van a volver a abandonar. No son más que cuentos y yo no paro de creérmelos, aunque en esta ocasión, mantengo buenas esperanzas. Creo que a esas personas te las ponen en tu vida para crearte ilusión y después simplemente desaparecen dejando un vacío que yo lo lleno a base de copas. Triste la vida de las mariposas y de los reyes del drama que lo vivimos todo tan intensamente con nuestros aires bohemios como si fuésemos interesantes.
"A lo mejor es que el problema está en mi y no en el resto, y creo que es lo más probable porque sino permitirme el honor de perder la esperanza."
No hay comentarios:
Publicar un comentario