Por mucho que creamos que podemos seguir adelante solos,es imposible. He crecido de manera rápida y ahora me arrepiento tanto que todas las veces que he deseado ser mayor, las cambiaba por volver a aquellos años. Ahora todo ha girado radicalmente,ya no vivo en la misma ciudad, no tengo los mismos gustos. Ahora siento la lluvia cuando moja la carretera, ahora paso el frío que antes no pasaba. No tengo reparo en hacer daño con la verdad y escucho más atentamente a los latidos de los que me rodean, es por eso por lo que me estoy volviendo loca. Quizá no seamos los únicos que hemos aprendido a escuchar. La brisa parece que envia un eco continuo de aliento. Es cuando tenemos que devolverle ese grito,alto,que soy yo la que enuncia tus ideas y silbo todas las noches en tu cabeza como el verano.
Ojalá aprendiesemos a ser más valientes; a tomar aire antes de hablar pero a tener valor, valor por estromparte contra esa pared que nosotros mismos nos creamos. Lo que nos falta siempre son esos veinte segundos de coraje emocional para espabilar a las sensaciones y aclarar los ríos de palabras que regamos todas las mañanas cuando nos cruzamos con los vecinos en el ascensor.
Nueva York sin valor es más fría y echa de menos, como el resto que callamos lo que no nos atrevemos a decir, como una muñeca sin reloj, unos auriculares sin música, un zapato sin suela.
"Siempre quise que me llevasen a Montmartre , cuando era pequeña soñaba con ir allí. Nunca nadie me explicó de donde vino mi obsesión.Te reservo este apartado para recordarte que son nuestros sueños y nuestros anhelos los que nos mantienen con vida. Bienvenido a este recorte de mis sueños: ahora que los comparto, puedes hacerlos tuyos y guardarlos con el objetivo siempre de alcanzarlos."
¡Increible tata!
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