
Los cuentos de hadas no existen , está claro pero siempre acaba apareciento un sucedáneo de príncipe azul que vuelve rosas todos tus días.
Desenfocada ,un conjunto de luces de Navidad aún pasaban frío en la calle , sin embargo , al pie de aquella chimenea descansaban las ganas de aquellos dos adolescentes de separarse en algún momento .
Pasado mañana seguro que todo acabaría pero parece que pretenden mantener cincuenta centímetros por encima de aquellos baldosines lo que no podían sostener ellos mismos ¡para que engañarse!
El hotel Wyndham me abría de nuevo mi antigua habitación y no necesitaba hablar en recepción con nadie , solamente saludar a Carl y a Jenn que siempre me esperaban con su sonrisa de agradecimiento.
Esperé un par de horas para salir a la calle pero enseguida, culo inquieto , tuve que escaparme a la entrada de Central Park a tomarme un café, Starbucks, lo de siempre.
Vi a una pareja que me llamó la atención , en unas escaleras de un lugar un tanto peculiar.
Se dieron un beso y creo que se percataron de que yo estaba alli , con mi gorro , mis botas y mi café sujetado con las dos manos; pasé por su lado y de veras se respiraba el olor del cariño que se tenían entre ambos.
Otra vez , pasé de todo el mundo que andaba frenético por la vuelta de vacaciones y seguí pensando y haciendo mi cuento de la lechera entre tu vida y la mía, la forma en la que podría haber una perfecta simbiosis entre nosotros y todos los besos que te daría cada mañana , cada hora y cada noche .
Mi gorro dejó de calentarme la cabeza y enseguida se me enfriaron las ideas rapidamente y otra vez más me hicieron pisar la tierra . Porque sí , estoy aqui y nada puede solucionarlo.
Tú , apareces y sí , llenas mis sonrisas . Asique , gracias .
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