martes, 23 de agosto de 2011

Nada, que te quiero ...

... y quería decirte que no me parece bien que ya no pasees por el paseo desde que teníamos la vista perfecta de la estatua de la Libertad, bonita palabra; No me parece bien que ya no persigas a los vendedores ambulantes y odio que hayas dejado de meroderar como un perdido por este gran vestigio de lo que un día fue nada.
Yo sigo con mis tonterías de siempre, sigo respirando hondo cuando huelo a madre selva, sigo contemplando las parejas tumbadas en Central Park desde el banco de siempre.
Sigo disfrutando del café a las cuatro cuarenta y esperando como tonta viendo pasar las horas al pie de la mejor zona de la ciudad.
Esperaba que fuese algo reversible, algo que un simple juego curaría con dos roces de mejilla . Había empezado dar vueltas en el mismo sitio.
Siempre confié en el hecho y no en la palabra que siempre era un gran aliado para los ilusionistas.A a hora de salir del hotel siempre pensaba en girarme a despedirme de algo que no había , esperaba a ir a cenar para encontrarte de nuevo pero nunca había ganado tanto como he ganado en tres semanas. La vida estaba siendo cordial conmigo , sí , solamente cordial puesto que tampoco había un día precioso ni una tarde magnífica.
Quizá lo único que echaba de menos eran las discusiones mañaneras ante los primeros rayos del sol, cuando todo despertaba lentamente.

Ahora , desde la ventana , un hombre con gorro y chaqueta americana esperaba a alguien fumando un cigarrillo lentamente;entonces , apareció ella y con un beso partieron hacia el restaurante al que siempre iban , no era la primera vez que alli se encontraban. Ella , una mujer de apariencia tímida y algo desenfadada con su estilo , vaqueros rotos y Converse blancas desgastadas, una chaqueta básica de color rosa chillón y una camiseta con un precioso estampado de mariposas, un pelo ciertamente precioso rubio y unos ojos que miraban misteriosos ante la luz de la única farola donde siempre esperaban encontrarse. Siempre me pareció una casualidad que dos personas cómo ellos disfrutasen con detalles tan pequeños , qué lástima.
Quería decirte que todo ha cambiado en cuestión de un pestañeo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario