Y así fue nuestro último día en la tierra, como de las mejores historias peor contadas.
Y fue mientras te descubría de nuevo sin ropa, cómo más me gustaba que nos encontrásemos. Y sin preámbulo ni condición estaba sumida en el desenlace trágico que traía la felicidad contigo.Me fundiste entre tus sábanas y tu entre mis costuras, apareciste y desapareciste como cada vez que te tenía que encontrar y era tan genial que se me había olvidado cómo era aquello de querernos tan fuerte.
Ya no es por el hecho de que no pude acabar hasta ahora, sino porque no nos entendemos bien después de haber rizado tanto el rizo, es porque ya no me traduces con tus manos ni me consigues descifrar todas las miradas.
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