martes, 2 de septiembre de 2014

Y todo en base a tus principios y a tu cama

Envejecer sólo o envejecer con tu pareja, llegar a ese punto donde los silencios no son incómodos. Envejecer tu espíritu y sentirte más mayor de lo que eres generando una continua angustia de por que he vivido tan rápido . O envejecer disfrutando de los momentos que antes no disfrutabas como tomar un café solo en una terraza. Hablar con algún desconocido del tiempo y acabar siendo mejores amigos. Envejecer con el único requisito de haber sido feliz y poder constatarlo con pruebas que los demás reconozcan como éxito y así suplir tu falta de alegría . Tener éxito en la vida y saber que no te hace feliz . Envejecer así , con la única certeza de que sólo estas aquí una vez y de que una vez que te vayas se acabo el cuento, no hay más. O esperar la felicidad más allá de la vida como consuelo para no sentirte tan desdichado, con una carrera , una familia e infeliz. Infeliz por tus experiencias mundanas , por no conocer todo aquello que de pequeño te generaba unas dudas tremendas ,por no recordar tus primeras versiones y por no sentir ningún tipo de ilusión acerca de tu futuro supuestamente feliz para el resto. Envejecer. Hacerlo con la certeza de que sí hoy mismo se te acaba el chollo estas orgulloso de que tu vida , pese a todos tus baches ha sido algo de lo que te sientes orgulloso. Pese a todas tus heridas y las rozaduras de las que intentaron trepar por tu espalda para besarte la nuca y rozarte el pecho. Que alivio que no llegasteis a tocar.

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