Y qué alegría sacudía mi cuerpo solo al poder disfrutar del sol de la mañana abrasandome la cara, así me desperté aquel domingo en el que estaba sola , solamente acompañada de mi sol y mi sonrisa. Ya estaba todo resuelto y tú seguías con esos labios tan suaves y esas manos que parecían las de un pianista joven sin miedo a equivocarse en alguna nota.
Era genial esa sensación por las mañanas , entre nostalgia y amor o entre odio y olor a carretera mojada ( Sinesio Delgado recién asfaltada) . También me recordaban a el amor y la duda de la muert paseando por mi vida. A pelo engominado y rasgos duros que miraban perdidos de manera desafiante a un horizonte que no cortaba más lejos que nuestra distancia y puedo recordar otra vez un par de besos para las lágrimas que nos mojaban el pelo , un beso de lluvia.
Un par de palmos entre tu destino y mi futuro que no querían cruzarse porque el Karma no se pasaba por allí en ese momento para salvarnos de querernos más que nunca y más que nadie , para librarnos de las lágrimas y del viento del norte o de las corrientes marinas del Sardinero que a veces pasaban frías por los pies.
La sensación descrita no era peor que perderte ni mejor que sentir tu voz cerca de tus dos azules favoritos.
Ya he encontrado el motivo de seguir viva , puedes estar a favor o en contra , o encontrar otro motivo para que seas tu quien modifique más mi destino si cabe en tu horizonte lleno de nubes bajas que parecen que quieren llover.
Buenos días amor , buenos días señor Sol
No hay comentarios:
Publicar un comentario