Para los que creyeron que caeríamos

Estoy segura que mas de una vez, intentaste dejar de engañar a tu cerebro para que no me pensase. Seguro que te morías de las mismas ganas que me moría yo por darme un beso cada vez que te encontraba por la ciudad. Confío en que tus momentos de ira ya no los calman un par de whiskys y que solamente te levantas de buen humor los días pares.Para ti, porque creíste que podría llegar a entrar en mi la idea de que tus besos fuesen lo peor del mundo,peores que los encuentros con los vecinos en el ascensor y el tarareo de la música de los supermercados. 

Ahora que nos engañamos diariamente , que intentamos convencernos de que todo está bien que me estoy olvidando de tu número de teléfono. 

Si me sueltas entre tanto viento ¿cómo voy a continuar?

Y que respuesta más agradable el cruce con tu mirada

Buenos días;
Te levantas con ese peso encima del pecho de todos los días; no estás ni un poquito bien.Empieza tu mañana y en Nueva York nadie tiene un mínimo de tacto con tu sonrisa.Desde que estoy aqui, todo es tan cambiante que me vuelvo loca cada día de una manera distinta. Hace tan poco que moría por encontrar tu cara entre mis calles que echo de menos el tener que esperarte. El esperar a que me vinieses a buscar con tus acordes y la misma melodía mañanera sobre mi espalda a las 11.15 . Es el añoro de los chupa-chups dichosos de vainilla y chocolate y que ya no somos tan estúpidos. Porque me he dejado tantas veces que cuesta mantener la sonrisa tan limpia como lo estaba cuando vivias en el Wyndham.
Lo malo es que ya no estás aqui.
Y ahora vuelvo a escuchar tu voz entre mi almohada y mi pecho, aun se me cuela tu nombre.Pero solo cuando el cielo está gris ;sabes a que me refiero ¿verdad?
Supongo que algún día volverás por aqui. Aunque sea para tomar un café;sí , estoy pidiendote que me llames de nuevo, porque ya no es lo mismo, la ciudad no despierta ante el milagro de tu nombre ni me pongo a escuchar Nirvana a todo volumen cuando grito en la habitación.

Es ahora cuando caigo en la cuenta de lo que echo de menos cómo golpeaban suavemente tus dedos en mi espalda al mismo ritmo de siempre, esperando a que denotase en cambio en la fuerza o intensidad que nunca varió un ápice desde que te vi hasta que desapareciste por completo de lo que era mi corta existencia como humana, como el más profundo sentimiento que jamás se ha podido albergar en un corazón tan pequeño, que latía tan fuerte porque lo sostenían tus manos.Espero que aún recuerdes la melodía.
Pasaré por ti esta noche

Las historias de estación no tienen precio; ni tu sonrisa, ni mi nombre

Viajábamos rápido, sin esperar a los detalles, sin llegar a ver los créditos y el "The End" que nadie quería que llegase; hacíamos rutas por Europa cuando ya no era la temporada alta. Praga, Berlín y las doscientas veces que pisamos Paris juntos. Era algo genial el esperar con ansiedad la llegada a la siguiente parada, hasta que nos encontrábamos en la estación y empezábamos a correr para descubrir nuevos rincones donde dar rienda suelta a los impulsos que nos dominaban. Ahora yo sigo de ruta, me acaban de recibir en Milán y tú no estabas en la estación ¿donde estás? ¿qué ha pasado?¿has perdido el tren? Aun aguardo una ínfima parte de mi ilusión en encontrarte en la estación de tren de Milán o dejando tu maleta en la consigna para poder empezar a correr.

 "¡Buenos días!Acabo de llegar, cuando estés despierta , venme a buscar que llevo esperando un par de horas; ¿te habías quedado dormida? Si tu siempre madrugas.... Bueno, aqui te espero, enfrente del reloj."

Cuando suena París escribo estupideces

¿Cuándo vuelves? Te empiezo a echar de menos en esta ciudad solitaria. Es porque cuando llego cerca de la iglesia se me alza la cabeza, cuando oigo tacones giro la cabeza y al ver melenas rizosas espero tu sonrisa sin resultado.
Soy veraneante accidental en la ciudad del viento

Y esque llevo tatuada esta ciudad en las palmas de mis manos

Es toda mi manía de hacer que te echo de menos.Es el gasto innecesario de alguna lágrima sin que me veas; es cierto que he cambiado, es demasiado obvio que tú ya no eres la misma persona pero, ya no sé cómo volver a tener esa historia. Es un continuo anhelo de algo que fue tan grande que, no me di ni cuenta de que ya no estabas. Ahora no puede ser lo mismo;

Las estancias más largas no duran un año ; se para algo antes

Cuando se sentaban a desayunar juntos ella siempre sonreía a la camarera y él era cortés; tanto como lo era en la cama.
Nueva York viste con descuentos todas sus avenidas y esto está demasiado abarrotado;demasiadas personas buscan ese cobijo para subsanar alguna pena que otra comprandose algun conjunto bonito para salir por la noche a tomar algo.
Yo, sigo en el Wyndham, estudiando la calidad del hormigón del edificio de enfrente. Esque , te echo de menos y no encuentro una buena escusa para decidirme a llamarte, quizá si me leyeses me ahorrarías el trabajo. Ahora que llega el verano me ha dado por intentar saber que andas tramando esta temporada, cuantas van a enredarse de nuevo en tus sábanas y si buscas piso nuevo o te quedas un año más.

Sigo corriendo lo más rápido que puedo intentando huir de los pies que me acompañan; ahora, ahora todo es tan diferente. Es cuando te paras a pensar lo bien que te sentaban los 15 y lo mal que lo ves cuando piensas que todo se está complicando. Asique , sé que te estás perdiendo, que te he confundido entre tanta linea tachada pero llámame otra vez:; esque te echo de menos ¿me estás leyendo? Pues eso, que , quería decirte que me cuesta más respirar en verano si no sigo oliendo tu colonia¿alguna vez creíste en las casualidades? Pues, es un placer.