lunes, 30 de julio de 2012

Para los que creyeron que caeríamos

Estoy segura que mas de una vez, intentaste dejar de engañar a tu cerebro para que no me pensase. Seguro que te morías de las mismas ganas que me moría yo por darme un beso cada vez que te encontraba por la ciudad. Confío en que tus momentos de ira ya no los calman un par de whiskys y que solamente te levantas de buen humor los días pares.Para ti, porque creíste que podría llegar a entrar en mi la idea de que tus besos fuesen lo peor del mundo,peores que los encuentros con los vecinos en el ascensor y el tarareo de la música de los supermercados. 
Ahora que nos engañamos diariamente , que intentamos convencernos de que todo está bien que me estoy olvidando de tu número de teléfono. 
Si me sueltas entre tanto viento ¿cómo voy a continuar?

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