martes, 24 de enero de 2012
No querrás tener que echarme de menos
Nueva York ya no despertaba ante ningún milagro. ¿Dónde nos hemos quedado?
Habíamos bebido demasiado;no eramos más que un saco de piel y huesos. La vida es un asco , repetías mientras yo intentaba arrastrarte conmigo hacia mi paraíso terrenal. Era imposible hacer coincidir nuestras opiniones en un punto tangible en el que no hubiese ningun problema. Es porque nos hacemos mayores y dejamos de usar el cerebro.
Te avisé , todo sería segun yo dije y hemos cumplido con las espectativas. El odio y el deseo han formado parte de la rutina durante casi el doble de los días que hace que no nos besamos cómo antes. Entonces, no había odio. Por lo menos , no necesitabamos sufrimiento desgarrador mayor que no tener un mensaje, una llamada cada noche o un te quiero cuando no querías oírlo.
¿Que has hecho contigo?Mi corazón paseaba insólito por las aceras de tu vida, donde no sufría taquicardias continuas a cada tocado que conseguían colocarle.
No hacemos paz, no queremos vivir y no nos dejamos sábana para taparnos , lo único que queremos es ahogarnos el uno al otro, ahorcar nuestras ganas de mandarlo todo a la mierda y matar al autocontrol: el único que impide la llegada del relámpago.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario