He aprendido a odiar, a odiarme profundamente desde que no consigo entenderme. He conseguido ponerme pegas a todos los buenos momentos y problemas donde no había; después de todo , sigo estancada en donde me quedé y quizá lo que mi cabeza está esperando es que , vuelva a sentir.
Aunque nunca más vuelva a ser la misma, aunque me duelan más las distancias que un disparo en mitad del estomago, pese a mis idas y mis venidas, mis ideas y trastornos y considerando todas las opciones como válidas espero que el tiempo de Nueva York , vuelva a ser el de antes; a que haga sol , eso es lo que estoy esperando.
Sigo en mis trece y sí , estoy esperando la casualidad de mi vida
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