Llovía a mares. Uno de los clásicos en esta época en Nueva York.
Tranquilamente caminaba por la ciudad. No era demasiado especial ocasión ni circunstancia. Paseaba sola. Mi Ipod me falló asique , nada más que me acompañaba mi pesado y escandalizador material de esgrima. Tardé aproximadamente un cuarto de hora en llegar hasta allí. Toqué ese primero de color blanco , el único timbre así y esperé a que alguien contestase. Subí las escaleras sonoras y que parece que se van a caer con rapidez y en la puerta aguardaba el ama de la casa. Pasé y empecé a recordar. Lo mismo , nada había cambiado , hacía ya unos meses, casi cuatro que no pisaba esa casa y olía exactamente igual que cuando se fue. Entré en tu cuarto , lo mismo de siempre pero esta vez con las puertas de los armarios blancos con los pomos de soles y lunas cerrados y nada encima de la mesa, nada encima de la cama, los libros en su sitio , las llaves colgadas de la estantería blanca, los cojines rosas de la ventana en su sitio, la alfombra de oso o algo así en su sitio , al lado de la cama. El armario forrado no se había movido de sitio y la espada estaba a su lado . En el sofá cama blanco no había nada y la pizarra blanca estaba como su nombre indica. Donde sueles posar tu maquillaje , no había nada y cuando empezamos a buscar lo que necesitaba en los armarios , alli estaban los tacones marrones PRECIOSOS que una vez estrenaste conmigo para ir a dar una vuelta, los tacones rojos que no te arreglaron bien , pero nos dieron una tarjeta para un café en aquella cafetería en la que yo suelo parar. Alli estaba tu pañuelo azul añil y negro con gris/plateado y aquel de leopardo que tienes. En el otro lado no habia apenas cuatro cosas que habrías dejado porque no necesitabas. En la parte de abajo estaba esa mochila de esgrima en la que llevas la careta y unos patines y cuatro cosas más.
La verdad, me sentí verdaderamente tentada a cojer algo de tu ropa y poder recordar tu olor como si me estuvieses dando un abrazo o estuviesemos echando un piti en cualquier parte de la ciudad. Me invadio un montón de nostalgia y recuerdos al ver el piano, el cojin del sofá cama blanco , tus fotos del armario y tu espejo en S de la puerta que une las dos habitaciones, totalmente bloqueada.
Si pudiese ahora mismo mirarla a la cara, la diría que la extraño como echaría de menos el agua un pez. La diría que la quiero y que aqui , allí o en China , Estados Unidos o Guatemala me va a tener para lo que necesite, para cuando caiga y cuando esté totalmente perdida, para cuando se enamore y cuando sienta que todo es magnífico o un día redondo. Me tendrá incondicional y absolutamente a su disposición para cualquier cosa que se le pase por la cabeza, comer hormigas , insultar a los parados que salen del INEM , para ir a tomar unas cervezas o para salir de fiesta. Me tendrá también para descansar tostándonos al sol del Sardinero y para comer todos los ositos de chiquilín que le apetezcan a ella.Tendría que decirla que lo siento por mis errores y que sí , Julia , que si te tiras, espero abajo para que caigas sobre blando.
Te quiero aunque no estés para darme un beso en cuanto acabes de leer esto, te quiero , te quiero , te quiero.
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